jueves, 26 de noviembre de 2009

LAS MATEMÁTICAS NO ENGAÑAN


-Es una proporción inversa, si mal no recuerdo mis matemáticas, la relación entre la cabeza y el culo. -Toma un trago lento de su copa, tan lento que un par de gotas se columpian en la sonrisa algo borde y muy, muy cansada de Larguirucho. Me alegra verle, la verdad, cierto que tiene la caducidad impresa en las pupilas, pero lo lleva con entereza, al menos cuando está en el Piojoso. Los demás le respetan, hasta Ismael "el Sabio", tan pagado de si mismo como intolerante con las opiniones ajenas si contradicen las suyas, parece contenerse cuando habla Larguirucho. Intuyo que en su caso lo hace porque sabe que la situación es temporal, que recuperará el escenario en poco tiempo.

-¡La cabeza y el culo! -exclama Bajito tras el breve silencio que acoge mi llegada-. ¡Esa sí que es buena!
Su entusiasmo es algo sospechoso, con base más etílica que humorística. Un trago rápido y la inmediata exigencia de relleno, confirma mi impresión. Bajito ha decidido que hoy va a ver el día "doblao" y el que venga detrás que arree.

-¿Conoces esa proporción? -musita Larguirucho con su característica parsimonia.

Bajito le observa con los ojos muy abiertos para luego asestar una sonora palmada en la barra.
-¡Coño, claro! Hay quien tiene un culo por cabeza ¡¡Y está lleno de mierda!! ¡¡Ja, ja, ja!!

Alguna risa iniciada entre los de siempre, se ve interrumpida ante los chasquidos de desaprobación de Larguirucho.
-No, hombre, no, -dice finalmente cuando tiene a todos de nuevo callados-. Estoy hablando de una proporción inversa que demuestra el paso de niña a mujer. Fíjate bien, las crías son crías mientras tienen la cabeza más grande que el culo pero en cuanto veas que tienen el culo más grande que la cabeza... -Mira a su alrededor enarcando una ceja-. Ya tienes una mujer. Hay excepciones como en todas las reglas, pero compruébalo que no falla: cuanto más grande el culo con respecto a la cabeza, más años de mujer. Las matemáticas no engañan. -Exhibe una enorme carcajada silenciosa ante las expresiones boquiabiertas de todos. Yo doy gracias a que en el Piojoso sólo he visto una mujer hace ya tiempo. Hoy como casi siempre, solo hay hombres.

Alguno de los habituales al cabo de unos segundos (los que les ha costado asimilar lo que acaban de oír) se lleva la mano a la boca aguantando la risa como si fueran colegiales y eso le da a la escena un matiz algo surrealista. De pronto Larguirucho deja la copa sobre la barra junto a un par de monedas y musitando algo sobre que ya pasará luego, se marcha con un gesto seco de despedida.

-La hostia -dice Bajito al cabo de unos instantes-. Este tío es la hostia.

-Ya, y tú ahora a mirar culos - le acusa el Piojoso con una media sonrisa.

-Eso ya lo hace de siempre -interviene Ismael-. Me preocupa este -añade señalando con el mentón a la puerta-. Se le va la pinza. La relación entre la cabeza y el culo... -culmina con un bufido.

El Piojoso se encoge de hombros mientras el resto aparta la mirada.
-Más vale así -dice finalmente el de la barra-, al menos le echa humor al asunto.

Cuando ya me marcho, casi topo con dos figuras que están pasando por la puerta. Tras disculparme, las veo alejarse y tengo ocasión de comprobar la teoría de Larguirucho: una niña y una mujer. No cabe duda. Las matemáticas no engañan.
Me río como un tonto.
Los tiene bien puestos Larguirucho, bien puestos de verdad.


Publicado el 16 de julio del 2009 en Letras para Soñar

2 comentarios:

  1. Puede que Largirucho tenga razón, y de los hombres no ha comentado ninguna fórmula matemática de comparación? ;-)

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  2. Je,je,je. No, ninguna. Si conoces una, dímelo que la pondré sin probolemas ;-)

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