Murió David Carradine, actor protagonista de la serie Kung Fu. Lo hallaron colgado y desnudo...
-Apaga eso que no puede uno concentrarse en la partida -el comentario lo subraya el choque violento de una ficha de dominó contra la mesa.
El Piojoso baja el volumen hasta convertirlo en un susurro de abejas.
-Pues a mí me ha dado pena, aún me acuerdo de la serie esa de kung-fu -interviene otro de los jugadores.
Otra ficha revienta contra el mármol, su "asesino" entrecierra los ojos. Es de los que quiere a todos centrados en el juego. Nada de charlas.
-Sí a mí también- se suma un tercero desafiando al "revienta fichas" que no es otro que Ismael, el Sabio. Últimamente está en todas.
-Apaga eso que no puede uno concentrarse en la partida -el comentario lo subraya el choque violento de una ficha de dominó contra la mesa.
El Piojoso baja el volumen hasta convertirlo en un susurro de abejas.
-Pues a mí me ha dado pena, aún me acuerdo de la serie esa de kung-fu -interviene otro de los jugadores.
Otra ficha revienta contra el mármol, su "asesino" entrecierra los ojos. Es de los que quiere a todos centrados en el juego. Nada de charlas.
-Sí a mí también- se suma un tercero desafiando al "revienta fichas" que no es otro que Ismael, el Sabio. Últimamente está en todas.
Este tuerce el gesto, pero no dice nada. Se ve que la partida no le va muy bien.
-Si es que morir nos toca a todos, pero casi me pongo a llorar cuando me enteré que se colgó... Joder, qué muerte tan perra, ahí solo en un hotel. No son fríos los hoteles ni nada, una vez estuve en uno y...
-¿Pena? -interrumpe el Sabio, ofreciendo el resto de fichas que le quedan al centro de la mesa, acaba de palmar y está cabreado-. Pena me dio a mí que se acabara el jamón que me regalaron por Navidad. Este se lo hizo él, ¿no? -subraya con un pulgar desdeñoso en dirección al televisor-. Pues ya se apañará.
-Mira que eres animal.
-Sí, pero si hubieras probado ese jamón lo entenderías.
Reparten las fichas y las palabras ceden paso a las primeras jugadas, las importantes de verdad, cuando los que juegan saben de qué va el asunto. Yo no lo sé y a decir verdad, me importa un carajo. En la pared del fondo, hay una imagen fija de Carradine mirándome a los ojos desde la pantalla muda.
Tengo un nudo en la garganta y no acabo ni el café.
Cuando me marcho pienso que el puñetero Sabio cada día me cae peor.
-Si es que morir nos toca a todos, pero casi me pongo a llorar cuando me enteré que se colgó... Joder, qué muerte tan perra, ahí solo en un hotel. No son fríos los hoteles ni nada, una vez estuve en uno y...
-¿Pena? -interrumpe el Sabio, ofreciendo el resto de fichas que le quedan al centro de la mesa, acaba de palmar y está cabreado-. Pena me dio a mí que se acabara el jamón que me regalaron por Navidad. Este se lo hizo él, ¿no? -subraya con un pulgar desdeñoso en dirección al televisor-. Pues ya se apañará.
-Mira que eres animal.
-Sí, pero si hubieras probado ese jamón lo entenderías.
Reparten las fichas y las palabras ceden paso a las primeras jugadas, las importantes de verdad, cuando los que juegan saben de qué va el asunto. Yo no lo sé y a decir verdad, me importa un carajo. En la pared del fondo, hay una imagen fija de Carradine mirándome a los ojos desde la pantalla muda.
Tengo un nudo en la garganta y no acabo ni el café.
Cuando me marcho pienso que el puñetero Sabio cada día me cae peor.
Entrada publicada el 5 de junio 2009 en Letras para Soñar.
Pobre Saltamontes, le salió el tiro por la culata. Pero, un jamón es un jamón...
ResponderEliminar;-)
Pues eso, y ahora que sé que no fue un suicidio... Gran tipo David. Hizo siempre lo que quiso.
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