-Ahí tienes -declara el cliente, un tal Faustino-. Y feliz año, Paco.
-Al año que le den. A éste que se va y también al que entra.
-¿Ya estamos de malas?
-¿De malas? Si es que todos los años es la misma historia, cojones. En la calle, en la tienda, en la finca... Que si feliz Navidad, que si feliz año, que si feliz pollas en vinagre y luego el resto del año los mismos capullos que me lo desean, ni me hablan.
-Va hostia, es que es la época.
-Pues voy y me cago en la época por eso precisamente, porque es la época. Por lo menos nadie podrá decir que soy un falso. Yo igualito todo el año: un borde de cojones.
El local se ha preñado de un silencio oscuro. La parrafada del Piojoso nos ha dejado a todos mudos. Porque tiene razón, toda la del mundo. Pero aún así, supongo que el crío que llevamos dentro quiere creer en algo llamado la Navidad, en que todavía existe la magia y la posibilidad de que volvamos a sentir ese cosquilleo agradable que te recorría el cuerpo de chiquillo. Y sabremos que eso ya es cosa del pasado, pero jode que te lo digan, igual que te digan que te vas a morir. Será verdad, pero jode oírlo.
Y así estamos todos, con la idea de que tal y como se ha torcido el día, lo mejor es irse a casa. Y entonces Paco, el Piojoso, un pedazo cabrón donde los haya, golpea la barra con una botella.
-Mecagoenlalechequehabeismamaohatajomamones -suelta en un idioma desconocido. Suena a maldición poderosa así que por si acaso, más de uno se santigua.
De pronto, como por arte de magia, aparecen una copas aflautadas al lado de la botella que por cierto se adivina de cava. Sí, se adivina porque viene trajeada de polvo y telarañas.
-Hala, nenazas, que sois unas nenazas. A brindar todo el mundo. -Y el Piojoso abre el cava que suelta un ¡pop! muy poco entusiasta.
Poco a poco nos acercamos todos a por nuestra copa de cava y acabamos deseándonos feliz año y feliz lo que haga falta. Y el que más o el que menos, vuelve a sentir el cosquilleo ese de la infancia. Supongo que las burbujas de buena mañana tendrán algo que ver. Pero es lo que hay, unos instantes de magia. Y gracias al Piojoso. Tiene gracia el tema. De todas formas, voy a aprovechar para compartir la magia y desearos a todos un FELIZ 2010.