lunes, 26 de octubre de 2009

Cabrones


En ocasiones o bien no me tomo el café en el Piojoso o bien la historia me surge en otro bar donde me tomo el segundo o tercer café. (Sí, soy un adicto a la cafeína). La siguiente historia transcurrió en otro de esos locales.


Durante mi café de media mañana, he "captado" una conversación entre dos tipos. A uno vamos a llamarlo Cabreao. Cabreao, vestido con un mono manchado de pintura, lucía una barba encanecida de tres o cuatro días y ojos rojos, muy rojos . Al segundo le llamaremos Amiguete. Este iba enfundado en un traje de pana angustiosa y con cada frase cabeceaba como esos perritos de los setenta que la gente colocaba en la parte trasera del coche.
Los dos estaban sentados a una mesa sobre la que se esparcían los restos de un almuerzo: migas de bocadillos, un par de olivas huérfanas, vasos con un poso de vino y servilletas arrugadas. Los dos mimaban dos copas con un líquido transparente en su interior. No parecía agua.
Eran las once de la mañana.

Cabreao: -No tiene ni puta idea de cómo se hace. Se lo he dicho mil veces y ni puto caso. que si el jefe ha dicho esto que si ha dicho lo otro. Ese no tiene ni puta idea.

Amiguete: -Es que los hay que van de sobraos.

C: -Nos ha jodío, le he dicho que así la iba a cagar. Yo así no puedo trabajar. ¡Niñato de mierda!

A: -Pues que se joda, ya somos mayorcitos.

C: -Me voy a echarle una mano antes de que la joda del todo. -dice resigando, echándole un vistazo al reloj.

A: -Tómate otra.

C vacila: -Es que el jefe igual se pasa a ver cómo nos va.

A: -¿Qué no puedes almorzar? Va, hostia, ¿qué prisa tienes?

C: -Pues sí, la va a joder igual. Pon dos más -pide al de la barra.

A: -¿Y de dónde han sacao al niñato?

C: -Ni puta idea, el muy capullo no habla mucho.

A: -A ver si es un tontito de esos, dan descuentos a las empresas por contratarlos.

C: -Pues no te digo yo que no. Al final la faena pa mí.

En eso, un chaval joven, casi imberbe, se asoma a la puerta. Mira de un lado para otro hasta localizar a "Cabreao" y "Amiguete".

-Que nos hemos quedao sin pintura -le dice a "Cabreao".

C. -¡Mecagoendió! ¿Ves cómo no me puedo menear? -le dice a Amiguete. Este cabecea.

-Ibas a traer más -musita el chaval.La mirada bermeja y algo extraviada de Cabreao le hace agachar la cabeza.

C.-¡Tira pa allá, hostia, que ahora voy yo!

El chaval obedece con gesto de alivio. Cabreao paga el almuerzo, le da una palmada a Amiguete que cabecea agradecido por la invitación, y se marcha cagándose en toda la corte celestial.

-Será cabrón -dice Amiguete al cabo de un rato.

-¿El chaval? -responde el dueño del bar con una media sonrisa.

-¡Qué va! El chaval no para. El cabroncete es este que no pega ni chapa.

Los dos se ríen. Yo apuro el café y me largo.

¡Joder, cuánto cabrón suelto!


Publicado el 16 de abril 2009 en Letras para Soñar

1 comentario:

  1. Sencillamente genial ja ja ja, así como ese, hay muchos y este era cabroncete pero tonto, los hay igual de cabroncetes pero con cerebro y encima tienen crédito.:) Fdo: Roseriver

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