-Nieve por todas partes y la gente con trineos, esquíes,... Dice el alcalde que si la cosa sigue así, nos vamos a hacer ricos.
-Y tú te quedaste esquiando, ¿no?
-Claro, teníais que haberme visto; estoy hecho un profesional.
Cruzamos todos miradas de incredulidad. Mientras, Isabel palpa el aire intentando darle forma al humo que flota como una nube por el interior del local.
Bajito se remueve sobre su silla.
-Coño, ¿me vas a decir que has estado fuera esquiando estos tres días?
-Sí, mi semana blanca -afirma el Piojoso muy sonriente.
-¿Y que han puesto pistas de esquí en tu pueblo?
-Y tú te quedaste esquiando, ¿no?
-Claro, teníais que haberme visto; estoy hecho un profesional.
Cruzamos todos miradas de incredulidad. Mientras, Isabel palpa el aire intentando darle forma al humo que flota como una nube por el interior del local.
Bajito se remueve sobre su silla.
-Coño, ¿me vas a decir que has estado fuera esquiando estos tres días?
-Sí, mi semana blanca -afirma el Piojoso muy sonriente.
-¿Y que han puesto pistas de esquí en tu pueblo?
-Sí, eso es. Joder, eres la leche. Lo coges todo a la primera.
-¡Pues podías haber dejado un cartel! -acaba por estallar Bajito-. Que aquí hemos estado preocupados.
-¿Un cartel? - se revuelve el Piojoso con los ojos entrecerrados. Isabel parece husmear que algo acaba de torcerse y dando unas gracias musicales, se marcha con las manos entrelazadas.
-Sí, joder, un cartel diciendo que estabas de vacaciones.
-No estaba de vacaciones, listillo. Nevó tanto que no había manera de salir del pueblo.
Bajito recula, acaba su copa y recordando experiencias anteriores, musita un "me alegro que estés de vuelta" y sale a escape. El Piojoso se ríe para sí mismo mientras enciende un pitillo.
-Anda que no eres tú cabrón -suelta Mario con una suave sonrisa-. ¡Esquiando! serás mamón.
El Piojoso se encoge de hombros sin dejar de reír.
-¿No es la fiesta del embutido en tu pueblo?
El de la barra no contesta, pero la risa cobra un ritmo más grave.
-Fuego de leña, buen chorizo con pan, vino, carajillos y partidas de cartas. Eso es lo que tú has esquiado.
-Pero estábamos aislados.
-Ya -bufa Mario.
-Y bien que lloramos cuando llegaron las quitanieves. Nadie las había llamado, no nos faltaba de nada. -Suelta una carcajada sonora a la vez que expulsa el humo del cigarrillo.
-Pues casi te quedas sin clientela -comenta otro. Creo que se llama Manolo.
El Piojoso sonríe abiertamente.
-¿Sin vosotros? ¿Y a dónde vais a ir, pringaos? ¿A la panadería con las marujas y todas esas luces?
La pregunta queda sin respuesta. Pero tiene razón, los habituales del bar no tienen lugar en sitios como las panaderías esas donde sirven cafés. Serían como vampiros tomando el sol.
Me marcho y distingo las luces de la panadería en cuestión. Buen café tienen, eso sí...
Me alegro de que el Piojoso haya vuelto.
Pues vaya... Le pegaba ser esquiador... Sí, le pegaba seis patadas.
ResponderEliminar"Serían como vampiros tomando el sol".
ResponderEliminarGenial.
Dani
Esquiadores, vampiros...Mmmmm, ya tengo tema para mi nueva novela: Los Vampiros esquian de noche... XD
ResponderEliminarGracias a los dos por los comentarios.
¿Será que esto se va a convertir en algo parecido a una peli de Robert Rodríguez?
ResponderEliminarSeguro que la banda sonora la hace Tarantino, no?
Y dirige Robert Rodríguez con Eastwood echándole el aliento en la nuca XDDD
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